domingo, 4 de febrero de 2007

El caballo y el caballete de Birgit (093)

En mi casa están dos objetos especiales, propiamente dicho están son dos animales queridos: un caballo de acero y un caballete de madera. Los dos son fiel(es) y dócil(es).

El caballo de acero es un vagabundo, mi compañero de viaje. El me lleva y también mi equipaje: tienda, garbanzos y sardinas en lata, libros, ropa limpia y sucia, cacerolas, emplastos y neumáticos de repuesto, mapas, arroz, saco de noche, visados, tintura de yodo, higos. Vamos al pico de Marie en Francia, a Toledo, a Djenné en África, al pico de Valeta, a IJsselmeer, y vuelta. El caballo es negro y nada conspicuo, pero es mi animal querido, fabricado a mi medida.

En cambio, el caballete de madera es aparentamente inmóvil. El es sorpredentemente robusto y pesado. Es fabricado en Italia de madera de haya. Es un caballete profesional. Es mi compañero de viajes de la imaginación, porque lleva mis pinturas. Lleva un laberinto, y el minotauro también, una gaviota muerta, un mapa hidrográfico por Don Jorge Luis, un eclipse solar, las dos alas nuevas de Icaro. El caballete tiene dos cajones de lado al lado por guardar trebejos y chocolate.

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